miércoles, 10 de diciembre de 2008

3. Desde el shuffle de mis pensamientos más profundos.

¡Ja!

Me choca cuando la gente se ofende porque digo que no me gusta el chile o las tortillas de maíz o que no limpio terrazas bajo un sol de cuarenta grados porque aunque usté no lo crea me quemo. La argentina se dio la vuelta después de saber que el picante no es lo mío y eso que no supo que tampoco sé a cuánto está el euro. Extraño otras cosas, extraño la noche, la espera. Poder llorar a cualquier hora sin que nadie cuestione mis ojazos encendidos. Cantar en voz alta, casi a gritos. Andar en poca ropa. Mis sábados de lavandería. Los licuados de la esquina, las guayabas, el mamey.

Ya me puse a llorar. Y no sé bien por qué, si hace rato estaba muy feliz. No extraño mi casa porque hace mucho que no tengo una. Echo de menos mi peluca rosa, la rubia también. A veces me acuerdo de cosas. A veces me acuerdo y sonrío pero hoy terminé chillando. Yo yo yo hago lo que quiero, porque soy una punk. 

Queda poco tiempo.

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