287. Jugaba a las parejas con los calcetines de la casa cuando de repente una lámpara se vino abajo.
Vagaba entre eso y otras tonterías, la alfombra me llevó al alquiler, el alquiler al pavor de que un día me apetezca comprar un piso en plenos veintitantos, los veintitantos a mis veinticinco, eso a los años que tengo sin ir a mi casa, mientras, mis manos no dejaban de juntar calcetines, blablablá... un crrrk me puso alerta, miré a mi derecha, cerré los ojos y (ahora sí) crash. Parece que Luciano, el electricista, dejó suelto algún tornillo. Como eran las 17:05 salí de casa dirección la parada del autocar/transporte escolar. Iba un poco asustada porque sonó muy feo. Al final, me encontré con Yolanda que había ido también a buscar a los niños así que volví a casa a limpiar el tiradero, me corté un dedo, poco. Metí los restos a una bolsa envueltos en papel periódico. Apagué la luz del salón y cerré la puerta antes de irme, :S Si me reía, era de nervios.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio