-28. Entradita.

Hace rato miraba en el sofá del salón un episodio de los Simpsons donde Homero decide convertirse en Dios y ser adorado por un montón de indios en un lugar exótico parecido al del Apocalypse Now, entonces me acordé de aquella vez en que proyectaron la versión recargada con escenas extra en la Cineteca Nacional y después de aventarme ciento noventa minutos y aguantarme el sueño de una semana atroz de trabajos ñoñiles marca enap me quedé completamente dormida los últimos siete. ¡Maldición! Si luego vi el final ni me acuerdo, en caso de próximo intento deberá ser desde el inicio. Otra vez. Siempre que me acuerdo de eso me enojo con mi acompañante en turno, según yo fue Sandino.

Pa'no mentir confesaré que estoy nerviosa, aun no tengo trabajo porque me rehuso a caer en el primero que aparezca, si al final todo falla y nadie me llama de los bonitos, escogeré entre los feos el que más tiempo me de para pensar y no volverme idiota. ¿A quién le apetece trabajar? A nadie por supuesto pero mis ahorros no durarán toda la vida. Me siento rara, como si tuviera puesta una camiseta demasiado apretada desas que no dejan respirar. Mis días tienen sus momentos, cuando hacemos la cena, platicamos, preparamos el chai con la mezcla comprada en ese local de la plaza, se llama indian yogui, tiene un fuerte olor a jengibre y canela, lo combinamos 2 a 1 con un té negro rico también. Chateo más con mis amigos y el otro día recibí una llamada de mi papá. Hoy he quedado con una amiga en el centro, así que debo moverme. Mientras escucho de nuevo a Los Fresones, y es que yo creo que me quiereee, sí.